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viernes, 28 de agosto de 2015

El Almuerzo: La Pausa del Medio Día - Recetas Cocina Vegetariana

LOS HÁBITOS COTIDIANOS - COCINA VEGETARIANA RECETAS


EL ALMUERZO: La pausa del medio día

La comida del mediodía suele considerarse la principal en nuestras regiones. Para muchas personas supone una pausa en su jornada laboral o escolar, mientras que quienes tienen horario intenso suelen comer al terminar el trabajo o antes de iniciarlo. En general coincide con las horas del mediodía y significa en cualquier caso un cambio. Por eso es necesario otorgarle una dedicación especial y oportuna.


Nuestro cuerpo responde a unos ciclos y hacer las tomas con regularidad, aproximadamente a las mismas horas, le favorece. Otro factor importante es el del tiempo. El mismo que es un bien preciado y escaso, que solemos administrar con cierto egoísmo, pero que deberíamos considerar muy atentamente cuando está relacionado con la comida.

El acto de alimentarnos es tan interesante en sí mismo como cualquier otro. Cuando la distracción  nos acompaña tendemos a hacer demasiadas cosas a la vez, sin estar especialmente atentos a nada.  Ya que es frecuente hacerlo mientras miramos las noticias, leemos el diario, charlamos sin parar, consultamos la agenda... cuando nos llevamos un bocado de cualquier manera de pie en una cafetería o mientras nos desplazamos en nuestro vehículo. Lo conveniente es prestarle la debida atención a esta pausa y lograr que se convierta en eso: un momento en el que dejamos todo para centrarnos en el acto de comer. Deslindarnos de las obligaciones cercanas de antes y después para poder comer tranquilamente y relajados.


¿Podemos despreciar el Postre?

Postre después comer - Recetas Cocina Vegetariana
El Quedarnos sin postre es un clásico castigo infantil. El postre es el compendio, el premio que nos concedemos tras haber comido. Pero no siempre se han tomado postres tras la comida. En tiempos de más escasez era realmente un premio en días especiales, festivos o de celebración, y se incluían muchas veces como parte de un rito en determinadas fechas.


Actualmente ningún establecimiento se atrevería a ofrecer un menú sin postre, ya que se considera que completa y enriquece la comida. Tras un plato donde predominan carbohidratos, podemos tomar un puñado de frutos secos, como nueces o almendras, o tal vez un batido de soja, si creemos que todavía nos quedaba un vacío.
La fruta es mucho más digerible si se toma sola entre horas, porque al contener básicamente agua y azúcares, su tiempo de digestión es muy corto. Si de todos modos nos apetece tomarla de postre, es mejor comerla tras un plato proteico, ya que la acidez de la fruta es más compatible con las necesidades digestivas de este grupo de alimentos que con otros.

Cabe mencionar que  un mal postre puede desequilibrarnos el mejor menú.
La mayoría de las veces se  supone una bomba de grasas saturadas, aditivos y azúcar, como es el que caso de algunos helados o cremas. No deberíamos tomar postre si ya nos sentimos satisfechos y saciados. En este caso, podemos postergarlo para la merienda, cuando hayamos asimilado la comida.

Si somos de las personas que nos quedamos con ganas de algo dulce después de todas las comidas, una infusión digestiva con una cucharada de miel o una bebida de cereales con un par de galletas pueden satisfacer este deseo sin empalagarnos en exceso.




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